Usando tecnología de impresión 3D, un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv logró desarrollar un corazón con células, vasos sanguíneos, ventrículos y cámaras.

La noticia divulgada por la revista Advanced Science generó amplia repercusión porque hasta ahora sólo se había logrado imprimir en 3D tejidos simples sin vasos sanguíneos.

Para crear este corazón -que tiene unos tres centímetros- los científicos tomaron una pequeña biopsia de tejido graso de un paciente para obtener biomateriales que se transformaron en biotinta.

Por ahora el equipo seguirá trabajando para conseguir que las células se comuniquen entre sí para producir el bombeo. Sin embargo, esta tecnología no estaría disponible para pacientes antes de 10 años, por lo que la donación de órganos sigue siendo esencial. 

La impresión 3D también genera problemas

En agosto pasado, un juez federal estadounidense bloqueó la posibilidad que tenía la organización Defense Distributed de publicar online los planos de armas fabricadas en impresoras 3D. 

De acuerdo a la revista Time, el debate acerca de armas de fuego que utilicen impresoras 3D puede ser estéril, más allá de las batallas que emprenda Cody Wilson, el fundador de Defense Distributed. En especial, porque es casi imposible controlar la difusión de información en la Internet, y los planos de esta arma (Liberator) ya estuvieron disponibles en 2013; más de 100 mil cibernautas los descargaron en apenas dos días.

“Suponga que Defense Distributed retira su información, ¿qué pasa con todos los otros sitios que ya tienen los planos del arma?”, señaló a Time el profesor de Derecho Eugene Volokh, de la Universidad de California en Los Angeles. “
Un solo disparo

La pistola Liberator es un arma de un solo tiro, confeccionada con el mismo material plástico de los bloques Lego. También cuenta con dos partes metálicas. Toma su nombre de unas pistolas de un solo disparo que los Aliados distribuyeron entre la Resistencia europea durante la Segunda Guerra.

En agosto de 2014, Yoshitomo Imura, de 27 años, fue arrestado en su casa por publicar vídeos sus armas de plástico. El joven japonés inventó su propia pistola (ZigZag), capaz de disparar seis cartuchos. Fue condenado a dos años de prisión.