¿Cuántas veces hemos escuchado los términos eco-friendly, ecológico o sostenible?
Estás palabras ya se encuentran inmersas en nuestro vocabulario cotidiano, ¿pero realmente sabemos a qué nos referimos? La RAE define el término ecológico como “producto o actividad que no es perjudicial para el ambiente”.
A diario vemos cómo miles de empresas y personas apuestan por vender y prestar servicios que minimicen los impactos negativos.
Debido a que cada vez más la población mundial está más comprometida y pendiente de la conservación del entorno y de no producir daños con sus acciones, hemos recogido algunos aspectos claves que pueden ser tanto útiles como clarificadores al momento de innovar.
- Usa la inteligencia tecnológica. Cada día son más y más las aplicaciones y dispositivos que nos dan la facilidad de manejar positivamente nuestro entorno. Estos te ayudarán a programar, activar o desactivar aparatos que consumen energía innecesariamente.
- Recicla. Puede ser una palabra que hayas escuchado cientos de veces antes, pero ¿qué te parece si intentas innovar usando partes de productos que ya no funcionan o que han sido desechados? No sólo será de gran ayuda para el medio ambiente, también para tú economía.
- Utiliza herramientas amigables. Las empresas, en un intento de ser más transparentes con los consumidores, hoy dan información detallada en las etiquetas, prospectos o empaques de sus productos, sobre qué recursos y materiales fueron utilizados para la creación de los mismos. Al escoger estos insumos o herramientas “amigables”, estarás contribuyendo al ambiente, no sólo con tu invención, también con el uso de sus recursos.
Recuerda que la innovación no se trata sólo de evolucionar tecnológicamente. También es generar el menor impacto posible a nuestro ambiente con nuestras ideas. Eso genera mayor valor.