El hidrógeno no es sólo el primer elemento de la tabla periódica, el más abundante del universo y un gas indispensable para la formación de agua (H2O). También es esencial para muchas industrias y cada vez toma más protagonismo como un eventual reemplazante de los combustibles fósiles en los motores.
Diego Lizana, experto en Eficiencia Energética de Antofagasta Minerals, ha seguido de cerca la evolución de esta tecnología y tras constatar sus avances, propuso explorar el “uso de hidrógeno y celdas de combustibles en equipos mineros”, idea que fue la más votada durante octubre en la plataforma Innovaminerals.
El especialista estima que en la última década esta tecnología ha superado barreras estructurales y su uso “será una realidad en mediano plazo, especialmente en situaciones controladas, como una faena minera. Ahí es donde problemas como puntos de recarga y abastecimiento del combustible pueden solucionarse sin inconvenientes”.
Respecto de su funcionamiento, explica que puede inyectarse hidrógeno directamente a la cámara de combustión de un vehículo. También opera mediante el uso de celdas o pilas que, a través de un proceso químico, producen electricidad de manera continua.
Amigable con el medio ambiente
El experto además señala que esta alternativa va en línea con el compromiso de reducción de gases de efecto invernadero adoptado por Antofagasta Minerals, ya que posibilitaría el reemplazo del diésel y, de paso, podría a ayudar a estabilizar los costos.
“El uso de esta tecnología significaría producir cobre con baja emisiones de CO2 en la fase de mina, lo que, sumado a la incorporación masiva de fuentes de energías renovables, hace pensar que la futura producción de cobre bajo en emisiones no es algo descabellado”, sostiene.
Como primer paso en este camino, Diego Lizana propone participar de una iniciativa encabezada por la Universidad Federico Santa María en la que se desarrollarán cambios tecnológicos a equipos mineros para el uso de hidrógeno. “La transformación de equipos en general es un reto, pero todo es factible de desarrollar. Lo importante es trazarse una hoja de ruta para que el proceso sea lo más natural posible”, concluye.
