Junto a la USM Tech Innovation Summit 2018, la cumbre tecnológica que organizó la Universidad Técnica Federico Santa María en CasaPiedra el 20 de noviembre, se realizó una nueva edición de la Feria de Innovación y Emprendimiento USM, donde se presentaron distintas soluciones innovadoras.
Estaba Felipe Araya, CEO y fundador de Sima, el “primer robot social que se ha diseñado, construido y comercializado en toda América Latina”. Este aparato hecho en Chile funciona a través de una aplicación que se instala en cualquier smartphone Android y, luego, se inserta dentro del cuerpo plástico y móvil de Sima, permitiendo su funcionamiento e interacción social.
Está pensado para niños de 4 a 8 años.
“Utilizamos un dispositivo que todo el mundo tiene en su mano, en su bolsillo, con un cuerpo robótico, antropomorfo, y formamos un ente capaz de ver, hablar, escuchar, interactuar e incluso moverse”, explica con entusiasmo venezolano Araya, y le ordena a Sima que salude.
Lo hicieron con la inteligencia artificial Watson, de IBM.
A los colegios se los venden en un paquete de a cinco Sima con acceso a una plataforma para que les puedan poner los contenidos propios de cada establecimiento.
La electromovilidad omnipresente
En todo caso, la mayoría de las iniciativas de la feria tuvo relación con tecnologías que impulsan la electromovilidad en Chile. Una de ellas fue el proyecto de reconversión Kombi, donde los de Antu Energía tomaban un antiguo busecito Volkswagen, le sacaban el motor a combustión interna, le ponían uno eléctrico trifásico de 15 hp y un banco de baterías de litio.
“Como va a ser un vehículo de promoción de una inmobiliaria, pusimos las baterías sólo debajo de uno de los asientos”, cuenta Manuel Mata, CEO de Antü Energía. “Le da una autonomía de 60 kilómetros, y la puedes cargar entre 4 y 6 horas en el enchufe de tu casa; te cuesta entre 1.000 y 1.200 pesos esa carga. Esto es entre tres y cuatro veces más conveniente que un vehículo convencional”.
Mata dice que uno puede hacer que cualquier vehículo sea eléctrico.
Cobraban 12 millones de pesos por la conversión.
Todos estos proyectos recibieron el apoyo del Instituto 3iE de la Universidad Técnica Federico Santa María.
