Si su empresa está enfrentando una dificultad, es probable que los demás competidores de la industria también lo estén, por lo que el innovador y su capacidad de crear una manera diferente de salir adelante generarán una ventaja. Por supuesto, la industria entera intentará copiar tarde o temprano al innovador, pero, para muchos, será tarde.

La fortaleza en épocas de crisis es innovar, de manera de lograr una diferencia real frente a la competencia.

En el caso de las compañías relacionadas con el cliente directo, el primer paso es preguntarse: ¿Cómo lo hacemos para retener, cautivar y fidelizar el máximo de clientes y evitar su salida, pese a la situación? ¿Cómo ayudamos a los clientes a superar su propia crisis? ¿Cómo generamos nuevas propuestas de valor que se hagan cargo de las necesidades de los clientes de nuestros clientes?

Invertir en innovación en tiempos en que los recursos no sobran es algo sumamente necesario, sobre todo con lo que tenga que ver con horas-hombre. Es posible reemplazar con creatividad recursos muchas veces caros o muy demandados. Aplicar programas orientados a generar una cultura de la creatividad y el ingenio es sinónimo de innovación frugal, o de bajo costo, y se puede lograr alto impacto con baja inversión.

Otro desafío es la búsqueda de eficiencias y ahorros operacionales. ¿Cómo podemos reducir a la mitad los costos logísticos? ¿De qué forma reducimos el costo energético de nuestros edificios y sucursales? ¿Cómo acortamos los plazos de cobranza? La Innovación Operacional se hace cargo de este tipo de desafíos, generando soluciones e ideas disruptivas para los procesos y operaciones de la empresa. No se trata de generar ideas de mejora, sino de adoptar nuevas formas de realizar los procesos. Como decía Steve Jobs, “piensa diferente, no mejor”.

Muchas de las más importantes innovaciones de la humanidad han surgido en tiempos de crisis. Frente a la pregunta “¿dónde te aprieta el zapato?” o “¿qué te duele?”, hay dos opciones: seguir haciendo más de lo mismo o innovar (hacer algo diferente, y zafarte de la crisis).