ALMA, el mayor observatorio radioastronómico en operaciones del mundo, es un referente global en cuanto a la captura, procesamiento y disponibilización de grandes cantidades de datos. Detrás de esa labor que permite entender mejor el origen del universo existen cerca de 250 profesionales, en su mayoría chilenos.
El físico Jorge Ibsen es uno de ellos y como director del Departamento de Computación e Informática del complejo, dio a conocer los desafíos de ALMA a trabajadores de Antofagasta Minerals en las oficinas de Santiago. En la ocasión, explicó que la labor fundamental de este observatorio, ubicado en Chile, es poner a disposición de los astrónomos del mundo “datos de calidad” que les permitan desarrollar sus investigaciones.
El científico resaltó que desde 2018 ALMA se encuentra en “operación plena” tras superar la curva de aprendizaje, y que el éxito del proyecto no se reduce exclusivamente a su avanzada infraestructura o a los algoritmos: “Es necesario tener equipos capaces de hablar un mismo lenguaje y nosotros invertimos en la construcción de esas relaciones”. Además, aseguró que fue así como lograron aumentar la colaboración y definir mejor los roles que, en un comienzo, parecían antagónicos.
Jorge Ibsen afirmó que esta homologación del lenguaje también permite la transferencia de conocimiento a otras industrias. “La naturaleza del dato es distinta, pero el problema que esa información ayuda a resolver puede ser el mismo. Por ejemplo, nuestras dificultades son muy similares a las que se pueden encontrar en la administración de un hospital”, señaló.
El físico también ve puntos de encuentro con la minería. “Es súper parecido a lo que hace el observatorio, ya que tiene un alto nivel de sensorización y el concepto de archivar esa data histórica. Entonces, desde el punto de vista más básico el primer encuentro es la predicción de fallas que cuestan mucho dinero o, en mi caso, tiempo en el cielo”.
El investigador agregó también que para hacer posible esta transferencia de conocimientos hay que “describir el problema en términos simples para que otro pueda entender”.
A modo general, el director del Departamento de Computación e Informática planteó que Chile debe pasar de ser un “exportador de materia prima a un desarrollador de soluciones”. Sin embargo, sostuvo que para eso hay que sortear un gran obstáculo: “El corto plazo. No hay ninguna cosa que dure más de cuatro años en el país”, concluyó.