En un streaming donde se conectaron integrantes de todas las compañías, el académico mexicano abordó los principales desafíos de esta tecnología y sus impactos en la vida de las personas. La charla se realizó en el marco de la alianza de colaboración con el Massachusetts Institute of Technology, MIT.
Armando Solar-Lezama es mexicano. Cuando tenía 15 años sus padres tomaron la decisión de trasladarse a Estados Unidos. Dejó a sus amigos en el país azteca, llegó a Texas y comenzó a hablar otro idioma. Al principio no fue fácil, su inglés no era tan bueno. Sin embargo, perseveró y cumplió su sueño: estudiar ciencias.
Hoy es profesor en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), allí lidera el Grupo de Programación Asistida por Computadora y es también Director Asociado y COO del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT.
Armando se ha especializado en el área de programación e Inteligencia Artificial. Su foco es la generación de programas que ayuden a automatizar procesos a través de la generación de códigos.
"Cuando escribimos códigos estamos tratando de resolver algún problema complejo. Mucho del interés en esta tarea ha venido por los grandes modelos de lenguaje que han hecho una revolución en el área de Inteligencia Artificial. Hoy vemos cómo estos modelos pueden generar códigos competititivos como los que generan expertos manualmente", explicó el profesor del MIT durante una charla vía streaming realizada durante agosto y donde se conectaron integrantes de todas las compañías del Grupo.
La iniciativa se organizó en el marco de una alianza de colaboración entre Antofagasta Minerals y el Massachusetts Institute of Technology, MIT. Su propósito es acercar la innovación y las nuevas tendencias tecnológicas a los trabajadores y trabajadoras, además de potenciar la generación de práticas e ideas que permitan generar mejoras en temas estratégicos para la Compañía.
El lado A y B de la IA
Armando Solar-Lezama es claro respecto a los beneficios y también los riesgos de la Inteligencia Artificial. "El riesgo más grande es la calidad de los resultados que genera. Por la manera en la que los presenta puede dar la impresión que estos sistemas saben más de lo que realmente saben y que lo que están produciendo es mejor de lo que realmente es".
Además, aclara que hay otro frente importante a considerar: "Si estás trabajando con estos sistemas y no tienes el cuidado de fijarte en esos códigos se pueden generar vulnerabilidades muy fáciles de explotar y corromper".
Sin embargo, para diferentes industrias, entre ellas la minera, hay muy buenas posibilidades. La optimización de procesos y la seguridad se pueden beneficiar fuertemente con la Inteligencia Artificial, dado que estos sistemas son una gran herramienta para identificar patrones de uso anómalos o monitorear procesos.
"A pesar de esto. No debemos sobrevender las capacidades de la Inteligencia Artificial. Hoy en día hay mucha tentación de exagerar lo que estos sistemas realmente pueden hacer, hay un riesgo de usarlos en áreas donde no se aplican", afirmó el académico.
Asimismo, expresa que es clave asegurarse de que todos los datos que se usaron para entrenar al sistema se hayan usado de manera ética. "En la presión por generar modelos muy rápido es algo que no se le da la suficiente importancia", aseguró.
